Época: Anzio/Cassino
Inicio: Año 1943
Fin: Año 1945

Antecedente:
La caída de Mussolini

(C) Victor Nieto y Alicia Cámara



Comentario

Dino Grandi había solicitado del Duce la reunión del Gran Consejo Fascista, el más alto órgano colegiado del Estado, que desde el inicio de la guerra no había celebrado sesión alguna. Pretende presentar ante el mismo un orden del día para su aprobación, en el que la persona de Mussolini, sería despojada de sus atribuciones dictatoriales.Para evitar acusaciones de traición, el mismo Grandi había mostrado con antelación, tanto a Mussolini como a los demás componentes del Consejo, su proyecto. Con más o menos calor, la mayor parte de los jerarcas habían dado su conformidad al mismo.A las cinco de la tarde del sábado 24 de julio se inicia la reunión. Tras las formalidades de rigor y fuertes amagos de discusión, Grandi presenta su plan, basado en puntos muy concretos. Son éstos la restauración de todas las funciones estatales y básicamente la restitución a la Corona, al mismo Gran Consejo, al Gobierno, al Parlamento y las corporaciones, de todas las misiones y responsabilidades establecidas por la ley.Se le pide, en definitiva, a Mussolini la renuncia a su acaparamiento de funciones, pero conservando el ordenamiento legal por él instituido. La discusión se encona entre los fieles e incapaces partidarios del Duce, que se encuentran en franca minoría y los demás, que apoyan la propuesta de Grandi.Mussolini, sorprendentemente, no reacciona con energía ante este acto de insubordinación. Abrumado por la enfermedad que le aflige en esos días así como por el peso de los hechos externos, ofrece una impresión de completa dejadez y aun de desinterés.No imagina, pues, la manipulación de fondo de que está siendo víctima por parte de quienes supone sus mayores apoyos. La votación es realizada y arroja un resultado netamente favorable a la propuesta presentada: diecinueve votos a favor, ocho en contra y una abstención.Esa misma noche, la Casa Real será informada de los hechos acaecidos en el Gran Consejo. El rey ya tiene lo que deseaba para poner en marcha su acción. Las fuerzas que habrán de intervenir en ella ya están dispuestas.Los carabineros se encargarán de ocupar los puntos vitales de la ciudad y de detener a los personajes más destacados del régimen, entre ellos a quienes acaban de representar sin saberlo el papel de útiles instrumentos. Las tropas ayudarán en la tarea, y actuarán en todo lo concerniente a la defensa de la capital.Badoglio ya tiene en su poder el texto de la proclama que será leída por radio al pueblo italiano, ignorante por el momento de unos hechos que van a conmocionar su existencia durante los dos años siguientes.Al utilizar a los notables del régimen como peones para sus propios designios, el conservadurismo dominante ha dado una prueba más de su sagacidad para sortear dificultades en gran medida por él mismo provocadas.Mussolini, por su parte, ha dado muestras de la ciega seguridad en sí mismos que caracteriza a todos los dictadores convencidos plenamente de su papel.Imaginar, por tanto, que el Gran Consejo, que únicamente había servido como centro de recompensas y prebendas, podría tener capacidad para destituirle legalmente, no entraba en su mente. Esta más que justificada falta de reacción terminaría por perderle.